El B-2 Spirit Crash fue derribado para… 

Los bombarderos furtivos B-2 estadounidenses volaron 13.000 kilómetros desde Missouri hasta Irán, reabasteciendo combustible en el aire durante el camino, para desplegar bombas GBU-57 “Massive Ordnance Penetrator”, las armas convencionales más pesadas (13.600 kg) en el arsenal de Estados Unidos.

Diseñados para perforar 60 metros de hormigón o roca antes de detonar sus ojivas de 2.400 kg, estos destructores de búnkeres tienen como objetivo instalaciones subterráneas como la planta de enriquecimiento de Fordow.

La capacidad del B-2 para evadir el radar le permite penetrar el espacio aéreo defendido sin ser detectado, aunque cada bombardero lleva solo dos MOP debido a su tamaño.

Con capacidad de ataque global en cuestión de horas, esta misión demuestra la capacidad única de Estados Unidos para atacar instalaciones nucleares reforzadas que evaden los misiles israelíes.

La operación pone de relieve la escalada de la guerra técnica a medida que Irán profundiza sus instalaciones fortificadas.

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