

En marzo de 2018, el proyecto del puente peatonal de la Universidad Internacional de Florida (FIU) en Miami se concibió como un símbolo de innovación y seguridad. Con 53 metros de longitud, el puente conectaría el campus con los barrios circundantes, ofreciendo a estudiantes y residentes una ruta segura para cruzar una autopista concurrida.
Pero tan solo unos días después de su instalación, el puente se derrumbó en segundos, arrastrando ocho vehículos y causando seis muertos y múltiples heridos. Si bien la pérdida de vidas fue desgarradora, el suceso se convirtió en un caso de estudio sobre fallos de ingeniería y gestión que ha transformado la forma en que los expertos conciben el diseño, la construcción y la supervisión.
El colapso del puente de la FIU no fue simplemente un error técnico: fue un desastre evitable que demostró cómo los puntos ciegos organizacionales, las advertencias pasadas por alto y la toma de decisiones errónea pueden combinarse para provocar una catástrofe.
Un diseño inusual y vulnerable

El puente peatonal de la FIU se diseñó como una armadura de hormigón, una configuración poco común en proyectos modernos. A diferencia de las armaduras tradicionales, que cuentan con múltiples líneas de soporte, este diseño incluía una sola línea.
El Dr. Sean Brady, ingeniero estructural forense, explicó que este diseño dejaba al puente vulnerable: «Si uno de esos elementos se rompe, la carga no tiene dónde descargarse». Esta falta de redundancia implicaba que una falla en una sola zona podía provocar un colapso total.
El riesgo se agravó aún más por las “juntas frías”, secciones donde el hormigón se vertió en diferentes momentos. En lugar de formar una estructura uniforme, estas juntas creaban puntos débiles. Un detalle crítico —la instrucción de “raspar” una unión entre dos elementos de la armadura para una mejor adherencia— no se incluyó en los planos finales de construcción. Ese descuido introdujo una importante debilidad en la estructura del puente, que pasó inadvertida a la revisión por pares y se trasladó a la obra.
Señales de advertencia antes del colapso

Desde el principio, el proyecto mostró signos de tensión. El tramo principal del puente se hormigonó fuera de obra y luego se trasladó a su posición mediante un transportador modular autopropulsado. Durante este proceso, los ingenieros aplicaron postensado para gestionar las cargas temporales. Una vez colocada, la estructura parecía estable, pero pronto comenzaron a formarse grietas en puntos críticos.
Para el 15 de marzo de 2018, tan solo 19 días después de la colocación del tramo, los ingenieros que inspeccionaban el puente identificaron grietas significativas en la unión de los elementos 11 y 12 de la armadura. No se trataba de problemas estéticos menores, sino de grandes fracturas que deberían haber alertado de inmediato.
A pesar de esto, el camino bajo el puente permaneció abierto y la estructura no se sostuvo con arriostramientos adicionales. En su lugar, los trabajadores intentaron retensar las barras de un elemento diagonal, una medida destinada a restaurar la resistencia, pero que, en cambio, aumentó la tensión en un nodo ya comprometido.
Momentos después, el puente se derrumbó. La cubierta y el tablero se fracturaron casi instantáneamente, lo que confirmó la vulnerabilidad del diseño y el peligro de ignorar las señales de advertencia.
Investigaciones y hallazgos

La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) inició una investigación exhaustiva sobre el colapso. Su informe de 2019 concluyó que la tragedia fue resultado de una completa falta de supervisión por parte de todas las partes responsables de identificar los errores de diseño o detener las obras una vez que se hizo evidente la existencia de una falla interna masiva.
Los hallazgos clave incluyeron:
- Subestimación del diseño : los ingenieros calcularon mal las fuerzas que actuaban sobre el nodo en la unión fallada.
- Sobreestimación de la capacidad : se asumió que la capacidad del nodo para resistir fuerzas de corte era mayor de lo que realmente era.
- No tener en cuenta los huecos de servicio : las aberturas colocadas demasiado cerca del nodo redujeron aún más su resistencia.
- Revisión por pares ineficaz : errores críticos que pasan por los controles sin corrección.
CROSS-UK, una red independiente de informes de seguridad, se hizo eco de estos hallazgos, enfatizando que la ubicación de los huecos de servicio y la decisión de ignorar el agrietamiento temprano fueron factores decisivos.
Fallas sistémicas más allá del diseño

Si bien los errores técnicos fueron fundamentales, el colapso del puente de la FIU también fue un caso de fallos de gestión y organización. Se identificaron grietas, pero no se atendieron. La carretera permaneció abierta cuando la seguridad exigió su cierre. Los equipos de ingeniería procedieron a retensarla a pesar de la evidencia de deterioro estructural.
El desastre puso de relieve los peligros de basarse en suposiciones en lugar de evidencia. En la construcción, las decisiones suelen tener consecuencias inmediatas para la seguridad. Cuando estas decisiones se toman sin una consulta exhaustiva ni precaución, los riesgos se multiplican.
Lecciones para ingenieros y constructores
Desde entonces, el colapso se ha estudiado en universidades, foros profesionales y congresos del sector a nivel mundial. Se han extraído varias lecciones clave:
1. Las grietas deben tratarse con seriedad
Las grietas visibles en elementos estructurales importantes nunca deben considerarse superficiales. Las grietas suelen indicar fallas más profundas, y solo ingenieros estructurales capacitados deben evaluar su gravedad.
2. La supervisión no es negociable
Las revisiones por pares y los organismos de supervisión deben ir más allá de la simple verificación de documentos. Ingenieros independientes deben evaluar el diseño completo, las hipótesis y los márgenes de seguridad, especialmente en proyectos no convencionales.
3. La comunicación salva vidas
En FIU, los ingenieros sabían de las grietas, pero decidieron no cerrar la carretera bajo el puente. Protocolos de seguridad más estrictos habrían requerido el cierre inmediato de la carretera hasta que se pudiera asegurar la estabilidad.
4. Adaptar la estrategia a la complejidad
Los proyectos complejos exigen una gestión de adquisiciones, contratación y proyectos igualmente sofisticada. Los equipos deben contar con las habilidades y los recursos necesarios para gestionar diseños no convencionales; de lo contrario, los riesgos pueden pasar desapercibidos.
Cambios en la supervisión y las prácticas de la industria

Tras el incidente, la NTSB recomendó cambios en la supervisión de la construcción de puentes en todo Estados Unidos. Entre ellos:
- Mayor supervisión a nivel estatal de proyectos de puentes complejos.
- Cierre obligatorio de carreteras cuando aparecen grietas estructurales más allá de las tolerancias aceptadas.
- Estándares de revisión por pares más estrictos para diseños inusuales.
Estas recomendaciones se alinean con las mejores prácticas globales y recuerdan a los ingenieros que las decisiones de seguridad siempre deben ser precavidas.
Un puente de reemplazo con diseño convencional
La construcción de un puente de reemplazo en FIU ya ha comenzado, esta vez con un diseño más convencional. La nueva estructura prioriza la redundancia y las técnicas de ingeniería probadas, lo que supone un cambio deliberado respecto al concepto de celosía experimental que fracasó.
Para estudiantes y residentes, el nuevo puente proporcionará con el tiempo el paso seguro que el original pretendía ofrecer. Para los ingenieros, el reemplazo es un recordatorio del equilibrio entre innovación y responsabilidad.
Una historia de advertencia para el futuro

El colapso del puente peatonal de FIU es una dura advertencia para la industria de la construcción. La innovación es importante, pero nunca debe anteponerse a la seguridad. Los diseños audaces deben estar respaldados por un análisis riguroso, una supervisión transparente y una cultura que priorice la precaución sobre la velocidad o el ahorro de costos.
Como señaló el Dr. Brady: «Esta fue una tragedia evitable». El hecho de que ocurriera a pesar de las claras señales de advertencia sugiere que el mayor peligro en ingeniería no es solo el error técnico, sino también la complacencia.
Conclusión
El colapso del puente peatonal de la Universidad Internacional de Florida fue un momento doloroso para Miami y las familias de los afectados. Sin embargo, también se ha convertido en uno de los fallos de ingeniería más estudiados de las últimas décadas, influyendo en el diseño, la revisión y la construcción de los puentes del futuro.
Al considerar el evento como un caso práctico y no como un fallo aislado, la industria de la construcción tiene la oportunidad de prevenir tragedias similares. Cada puente, cada carretera y cada estructura pública debe soportar no solo el peso de los vehículos y las personas, sino también el de la confianza. Esta confianza se gana con diligencia, supervisión y un compromiso inquebrantable con la seguridad.
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